Morsa
Te hablaré sobre las morsas, esos animales grandes y peludos que viven en el frío Ártico. 🌊❄️
Las morsas son como los osos de peluche del mar. Viven en el hielo, cerca del círculo polar ártico. Imagina un lugar donde todo es blanco y azul, y el aire es tan frío que hace que tus dientes tiemblen. Allí es donde las morsas se sienten como en casa.
¿Por qué son importantes? Ayudan a mantener el equilibrio en el ecosistema: Las morsas son como los limpiadores del mar. Se zambullen en las profundidades y se deleitan con deliciosos manjares como almejas, camarones y cangrejos. Al hacerlo, ayudan a controlar la población de estos bichitos marinos y mantienen el equilibrio en el océano.
Son guardianas del hielo: Las morsas tienen unos colmillos largos y blancos que parecen espadas mágicas. ¿Sabes para qué los usan? ¡Para romper el hielo! Cuando necesitan salir del agua, se impulsan con sus colmillos y emergen como sirenas peludas. También los usan para abrir agujeros en el hielo y respirar. ¡Qué astutas!
Son expertas en mantenerse calentitas: El agua del Ártico es más fría que un congelador. Pero las morsas no se quejan. Tienen una capa de grasa gordita que las mantiene calentitas. Además, pueden bajar su ritmo cardiaco para soportar el frío. ¡Son como superhéroes del frío!
¿Qué comen? Las morsas son como chefs submarinos. Su menú incluye almejas, mejillones, camarones y hasta pepinos de mar. Usan sus bigotes sensibles para detectar a sus presas en el fondo del mar. ¡Son como detectives del océano!
¿Y los colmillos? Los colmillos de las morsas son como sus varitas mágicas. Son caninos gigantes que no dejan de crecer. Los machos los usan para proteger a sus novias morsas y para pelear con otros machos. ¡Es como una competencia de baile, pero con colmillos!
Así que, en resumen, las morsas son como las guardianas del hielo, las comediantes del mar y las amigas de todos los animales marinos. Sin ellas, el Ártico no sería el mismo.
¿Qué rima hice cuando la cuando la vi?
En las frías aguas del norte,
donde el hielo y el viento se confabulan,
nada la morsa con paso firme,
su cuerpo robusto y su mirada sabia.
Sus colmillos afilados como lanzas,
se sumergen en busca de peces y algas,
y en las rocas descansa, majestuosa,
una guardiana de los mares y sus olas.
Con piel rugosa y ojos curiosos,
la morsa observa el mundo submarino,
y cuando el sol se oculta tras el horizonte,
ella canta su canción, un lamento divino.
Oh, morsa valiente, símbolo de la vida,
tu presencia en el Ártico es un regalo,
nadaré contigo en versos y sueños,
hasta que el último iceberg se derrita en el ocaso.
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