Esponja de mar
Las esponjas de mar son unos animales muy especiales que viven en el agua, pegados a las rocas, al coral o al fondo del mar. No se pueden mover de un sitio a otro, pero tampoco les hace falta, porque se alimentan de lo que hay en el agua.
¿Sabes cómo lo hacen? Pues tienen muchos agujeritos por todo su cuerpo, por donde entra el agua con comida, y luego sale por un agujero más grande que tienen arriba. Así se comen las partículas pequeñas que flotan en el agua, como las algas o las bacterias.
Las esponjas de mar son muy importantes para la naturaleza y el ser humano, porque ayudan a limpiar el agua y a mantenerla sana. Al filtrar el agua, se quedan con las cosas sucias y dejan pasar las limpias. Así, el agua está más clara y hay más oxígeno para los otros animales que viven en el mar, como los peces, los cangrejos o los camarones. Además, las esponjas de mar son el hogar de muchos de estos animales, que se esconden entre sus agujeros o se apoyan en ellas. 🐠
Las esponjas de mar también son útiles para el ser humano, porque tienen unas sustancias químicas que pueden servir para hacer medicinas o productos de limpieza. Algunas de estas sustancias pueden curar enfermedades o proteger de los gérmenes.
Otras pueden hacer espuma o jabón. Por eso, algunas personas usan las esponjas de mar para bañarse o para limpiar cosas. Pero hay que tener cuidado, porque no todas las esponjas de mar se pueden usar, y hay que respetar su vida y su hábitat. 🧼
Las esponjas de mar son unos animales muy antiguos, que existen desde hace millones de años. Hay muchos tipos de esponjas de mar, de diferentes formas, tamaños y colores. Algunas son redondas, otras alargadas, otras ramificadas. Algunas son pequeñas, otras grandes, otras gigantes. Algunas son blancas, otras negras, otras de colores vivos. Todas son muy bonitas y muy interesantes. ¿Te gustaría verlas algún día?
¿Qué sentí cuando la vi?
«Hoy fui al mar con papá y mamá y me llevaron a bucear. Me puse unas gafas y un tubo y me metí en el agua azul.
Allí vi muchas cosas bonitas como peces de colores y estrellas de mar. Pero lo que más me gustó fue una esponja que encontré.
Era una esponja de mar, no de baño y tenía muchos agujeritos. Era de color amarillo y muy suave y parecía una flor o un pastelito.
Me acerqué a tocarla con cuidado y sentí que estaba viva. Me dio cosquillas en la mano y me hizo mucha gracia.
Me quedé un rato mirándola y pensé que era muy especial. Me pregunté cómo sería su vida y qué cosas le gustarían.
Luego le dije adiós y le sonreí y seguí nadando con papá y mamá. Pero no me olvidé de la esponja y la guardé en mi corazón.»
Deja una respuesta