Jabalí
Los jabalís son como los cerditos salvajes que viven en los bosques y praderas. ¿Sabes qué? Son muy importantes para la naturaleza y también para nosotros, los humanos. Aquí te cuento por qué:
Ayudan a la Naturaleza: Los jabalís son como jardineros secretos. ¿Por qué? Porque les encanta revolver la tierra con sus hocicos buscando comida. Al hacerlo, airean la tierra y ayudan a que las plantas crezcan mejor.

Comen muchas cosas, como raíces, frutas, bellotas y hasta insectos. Así que, sin darse cuenta, también ayudan a dispersar las semillas de las plantas por todas partes. ¡Son como pequeños agricultores!
Reciclan Comida: Imagina que los jabalís son como los camiones de basura de la naturaleza. Comen cosas que otros animales no quieren, como frutas caídas o restos de plantas. Así, reciclan la comida y mantienen limpio el bosque.

Son Parte del Ecosistema: Los jabalís son como piezas de un rompecabezas. Si los quitáramos, algo faltaría en el bosque. Son parte del equilibrio natural.
Además, son comida para otros animales, como los lobos o los linces. Así que, indirectamente, también ayudan a que otros animales estén felices y bien alimentados.
Dónde Viven: Los jabalís son aventureros. Puedes encontrarlos en muchos lugares: en bosques, selvas, praderas e incluso cerca de ríos. Les gusta vivir en sitios donde haya comida y agua.
Pero no les gusta el frío extremo, así que no los verás en la Antártida. ¡Brrr!

Qué Comen: Los jabalís son como chefs gourmet. Comen de todo: frutas, bellotas, hierbas, raíces e incluso pequeños bichitos.
A veces, también se meten en los campos de cultivo y comen las cosechas. Pero no lo hacen a propósito, solo están buscando comida para su familia.
En resumen, los jabalís son como los guardianes del bosque. Nos enseñan a cuidar la naturaleza y a respetar a todos los seres vivos. Así que, la próxima vez que veas uno, ¡salúdalo y dile gracias por su importante trabajo!

¿Qué rima hice cuando lo vi?
En el bosque se escucha un rumor,
de un jabalí de gran valor.
Con su piel de cerdas y barro,
camina orgulloso, sin reparo.
Su hocico hurga la tierra mojada,
buscando raíces, su comida ansiada.
Entre robles y pinos se hace camino,
el jabalí, solitario peregrino.
Al caer la noche, bajo la luna llena,
su figura entre las sombras apenas se adivina.
Mas al alba, su trotar retumba,
el jabalí, en su reino, nunca sucumbe.
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