Hámster
Los hámsteres son como pequeños amigos peludos que viven en la naturaleza y también en nuestras casas. Son importantes por muchas razones:
Ayudan a la naturaleza: Los hámsteres viven en madrigueras en la tierra. Cuando excavan sus túneles, airean el suelo y ayudan a que las plantas crezcan mejor. ¡Son como jardineros secretos!

Comen insectos: En la naturaleza, los hámsteres comen insectos, semillas y hasta ranitas. Al comer insectos, ayudan a controlar su población. Imagina que son como superhéroes que protegen las plantas.
Son amigos de los agricultores: Algunos hámsteres viven en campos de cultivo. Comen semillas y granos, pero también ayudan a dispersar las semillas por todo el campo. Así, las plantas pueden crecer en diferentes lugares.
Nos hacen felices: En casa, los hámsteres son mascotas adorables. Nos alegran con sus carreras en la rueda y sus mejillas llenas de comida. Cuidarlos nos enseña a ser responsables y cariñosos.

Dónde viven los hámsteres: Los hámsteres viven en diferentes lugares del mundo:
Siria: Allí, vive el hámster dorado. Es como un tesoro porque está en peligro de desaparecer. Su hogar son los valles cubiertos de hierba y los terrenos con arcilla.
Rusia y China: También hay hámsteres en Rusia y China. Les gusta vivir en terrenos secos, como las estepas y las dunas de arena.
En madrigueras: Los hámsteres construyen madrigueras bajo tierra. Pueden ser muy profundas, ¡como túneles secretos! Tienen rutas de escape para huir de los depredadores.

Qué comen los hámsteres: Los hámsteres son comilones: Semillas y Granos: Les encantan las semillas y los granos. En casa, les damos comida especial para hámsteres.
Frutas y verduras: También les gustan las frutas y verduras. Pero deben estar bien lavadas y a temperatura ambiente, no frías de la nevera.
Agua fresca: Los hámsteres necesitan agua para beber. Usan bebederos colgantes en sus jaulas.
No a los dulces pegajosos: No les damos dulces pegajosos, ¡porque se les quedan pegados en los dientes!
Así que, los hámsteres son pequeños ayudantes de la naturaleza y grandes compañeros en casa. ¡Cuidémoslos mucho!

¿Qué sentí cuando lo vi?
“¡Mira, mamá! ¡Es tan pequeñito y peludo!” exclamó Alejandra, con los ojos brillantes de emoción. Se agachó lentamente, extendiendo su mano con cuidado hacia el hámster que olisqueaba una semilla.
“Es como un algodoncito con patitas,” rio suavemente, tratando de no asustarlo. “¿Crees que le gustaría ser mi amigo?” preguntó, mirando a su madre con una mezcla de esperanza y asombro. “Me encantaría contarle a todos en la escuela sobre mi nuevo amigo el hámster.”
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