Castor
Los castores son unos animales muy especiales que me encantan. Son como unos ratones grandes, pero con una cola plana y unos dientes muy fuertes.

Viven en los bosques del norte del mundo, donde hace mucho frío. Allí construyen sus casas en los ríos y los lagos, usando ramas, barro y plantas. Son muy listos y trabajadores, y hacen unas presas muy bonitas que parecen puentes.

Los castores son muy importantes para la naturaleza y para nosotros, porque ayudan a que el agua no se seque y a que haya más plantas y animales. Así podemos tener aire limpio, agua fresca y comida sana. Los castores son nuestros amigos y tenemos que cuidarlos y respetarlos.
Los castores solo comen plantas, como hojas, cortezas, raíces y hierbas. No les gusta la carne ni el pescado. A mí me gustan las verduras, pero también me gustan los dulces y el chocolate. ¿Y a ti?

Los castores son muy cariñosos y viven en familia. Se quieren mucho y se ayudan entre ellos. Tienen una pareja para toda la vida y tienen hijos una vez al año. Los bebés castores son muy tiernos y juguetones.
Me gustaría tener un castor de mascota, pero sé que es mejor que vivan libres y felices en su hábitat.

¿Qué sentí cuando lo vi?
«Un día fui al bosque con mi mamá
y vi algo que me sorprendió.
Era un castor que nadaba
con su cola plana y su pelo marrón.
Me acerqué a él y le dije hola
y él salió del agua para saludarme.
Tenía unos dientes muy grandes
y una nariz muy simpática.
Le pregunté cómo se llamaba
y él me dijo que se llamaba Río.
Le pregunté qué le gustaba hacer
y él me dijo que le gustaba construir.
Me enseñó su casa en el río
y me invitó a entrar con él.
Me dijo que era muy cómoda
y yo le dije que era muy bonita.
Jugamos un rato en el río
y nos hicimos muy amigos.
Él me dijo que le gustaba el agua
y yo le dije que me gustaba el viento.
Nos dimos un beso de despedida
y él me dijo que volvería a verme.
Yo le dije que lo esperaría
y él se fue con su cola plana.
Me fui al bosque con mi mamá
y encontré algo que me llenó de alegría.
Fue un castor que se hizo mi amigo
y que me enseñó a amar la naturaleza.«
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